domingo, 2 de diciembre de 2012

Día de galgos y "galgueros"

Dicen en mi pueblo, que desde que se inventó el soplar, el que se quema es porque quiere. Trasladado a los tiempos modernos, podríamos afirmar, que con los medios de los que actualmente se dispone, el que se aburre es porque quiere.

Una fría y soleada mañana de sábado es un buen momento, como otro cualquiera, para disfrutar del campo y lo que nos ofrece. En esta ocasión nos desplazamos hasta Yunclillos para observar en directo este viejo arte de la caza con galgo.

Un simple vistazo, nos muestra lo espléndido de la mañana.

 Se preparan los perros, los que van a correr y los que no.

 Se espera con paciencia la primera carrera de la mañana.

Tan atentos como sus dueños se hallan los perros.

No tarda en producirse la primera carrera

 Se cobra la primera pieza
Los "galgueros" continúan recorriendo el campo, en pos de nuevas carreras y sus correspondientes piezas.

 Se suceden los comentarios, opiniones e impresiones propias de cualquier actividad. Se cronometran las carreras y se discierne mucho, acerca de los animales.

 Nuevas visitas se acercan por el lugar

 La última carrera nos traerá una sorpresa. Localizada la pieza con antelación, se practica una autentica operación de acoso y derribo. Me acerco a menos de cuatro metros de la pieza en su cama. A través del zoom observo como contrae sus poderosos músculos, entrando en tensión, presta a deleitarnos con un poderoso salto. Aviso para que estén listos. ¡Está apunto!. Todos están en tensión.

Con un poderoso salto el animal abandona su cama. 

 Corre raudo por el campo

 La velocidad es tan alta que ni  a pesar del estabilizador de imagen, el servo automático de enfoque y la alta velocidad de disparo, apenas puedo enfocar el sujeto.

 El animal huye como el viento. En ello le va la vida.

 Sólo han pasado dos o tres segundos.



 Los perros no dan tregua ni cuartel.

 Se suceden los quiebros.

 Y requiebros

 No hay escapatoria ni lugar a donde huir.

Al final los perros cobran su pieza.


En definitiva, una estupenda mañana de campo, idónea para practicar un safari fotográfico y relacionarse con personas y animales. Además he sido obsequiado con la última liebre que se ha cobrado la mañana. Que más se puede pedir, aparte de un buen vino y una buena comida.

2 comentarios:

  1. Lo bueno sería saber que hacen esos galgueros con sus galgos después de que pase su punto álgido. Seguiran comentando tanto sobre ellos? Los mimarán igual?

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  2. De todo hay en la viña del señor amigo mío. Como bien sabes, muchos galgueros ahorcan a sus perros cuando no son válidos. Pero no son menos los que los quieren y los miman como si fueran personas. De todo hay en esta vida. Quedémonos con lo bueno, y pensemos, que si le buscamos los tres pies al gato, no le encontraremos tres sino seis. Podemos pensar cuantos niños vietnamitas han sido explotados para hacernos nuestras Nike, o cuántos han muerto para extraer coltán en el Congo con el que podamos "Wassapearnos", o bien cuántos se han quedado sin comer para que aquí tengamos ecológico bio-diesel, o cuántos chinos se han suicidado por las jornadas maratonianas en las que fabrican las pantallas de nuestos I-pad. En fin, que podríamos buscarle muchos pies al gato, pero es mejor quedarse con sus cuatro.Tengamos presente lo malo para sojuzgarlo, y ensalcemos lo bueno para deleitarnos, y recordemos que en la mesura está siempre la perfección y la virtud.
    ¡Gracias por tu comentario, recibe un abrazo!

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