sábado, 22 de noviembre de 2014

La Ciencia y Sus Demonios



Bueno, este miércoles 12 de Noviembre, la humanidad nuevamente hace historia. El el echo de que existamos es en sí mismo una historia, pero eso es otro tema.

El caso es que el 12 de Noviembre, la sonda espacial Rosetta, libero su modulo de descenso Philae sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, tras un viaje de diez años por el Sistema Solar. No quería hablar aquí sobre esta misión espacial en concreto, ya que ha sido voz populi en todos los medios de comunicación durante los últimos días y la verdad es que no tengo nada nuevo que aportar, salvo señalar el hito histórico. Si ya hacer llegar una sonda a un planeta es complicado, hacerla llegar y aterrizar en un cometa, con su gravedad casi inexistente, mucho más. Por primera vez se podrá analizar de forma directa, sin conjeturas, uno de estos cuerpos. Es verdaderamente alucinante. Aunque como les decía no es de eso de lo que quiero hablar. Verán, me explico:

Durante el desarrollo de la misión leí un tweeter que venía a decir mas o menos esto: "A los que opinan que invertir en programas espaciales es tirar el dinero: Chupaos esa"

Lo cierto, es que pensar que la exploración espacial, no sirve para nada ,solo confirma necedad, pero refutarla con este tipo de sentencias ,tampoco ayuda demasiado y veremos por qué.

Miren, les voy a proponer una ecuación, desde mis modestos conocimientos matemáticos:

Supongamos, que dividimos la población española en cinco quintos. 5/5. De esos cinco quintos, uno es partidario de la ciencia y cuatro son partidarios del futbol. 1/5 ciencia, 4/5 fútbol. Naturalmente a los que les gusta la ciencia, también les gusta el fútbol. Ahora veamos. ¿Quien paga la ciencia? Elemental: Los cinco quintos 5/5. Cuidado amigos, de a quien se menosprecia u ofende, porque la ciencia pública se paga entre todos y la mayoría ni la entiende ni la apoya, especialmente y sobre todo no tiene muy claro para que sirve. ¡Cuidado!. Naturalmente, he simplificado mucho esto, pero no creo que la idea general ,esté muy desencaminada. Políticas como la de la ESA acerca de la misión Rosetta de no hacer pública la información o hacerla pública cuando se les antoje oportuno, no habla precisamente a su favor. Es más, si por mi fuera, les retiraría en el acto ,cualquier financiación pública solo por eso. Cayese quien cayese.

Los periodistas han preguntado a los científicos, para que sirve el tremendo gasto de la misión Rosetta. No se muy bien que les han respondido, pero espero sinceramente que haya sido algo más que el chupaos ese. Ya sabemos que levantar aceras, y crear calles peatonales sobre elevadas, no sirve para nada, que no sea, lodar casas bajas, eliminar los aparcamientos y obstaculizar el paso de personas y cosas a base de estúpidos bolados de hierro colado, también sirve para enriquecer un montón de corruptos, por supuesto, pero: ¿Y lo bonitas que quedan?. Ademas, la gente ve algo tangible, en lo que han tirado su dinero. La investigación científica aúna cientos de disciplinas con estudios aparentemente inútiles y con décadas de trabajo, para dar al final luz a un gran producto, que muchas veces, es de uso cotidiano, pero que el vulgo, no sabe de donde ha salido. La carrera espacial y la militar, si, la de matar gente. Acercan y/o desarrollan cientos de productos y técnicas que al final acaban repercutiendo en gran y positiva medida ,sobre la vida cotidiana. Pero eso ,queda oculto la mayoría de las veces, simplemente, porque no se hace llegar adecuadamente a la población y además, la población pasa.

La ciencia, pese a quien le pese, y aunque algunos se rasgaran las vestiduras, no es más que otra religión. Los científicos asisten a grandes conclaves, donde machaconamente se repiten ,una y otra vez, los mismos dogmas, menospreciando muchas veces opiniones contrarias y disidentes.

Se abusa de los alarmismos, a la ciencia le gusta, por ahí le vienen algunas subvenciones y al periodismo moderno, el que llega a las masas y centrado en el sensacionalismo, le encanta. Estos sensacionalismos, son muchas veces promulgados, por destacadas personalidades científicas con oscuras relaciones, o no tan oscuras. Veamos los casos de las últimas pandemias que asolarían la tierra. Por ejemplo la gripe A y su vacuna, perdón, pócima experimental. Que iba a acabar con todos nosotros y cuya mortalidad real, era varios puntos inferior a la gripe común. Pero podemos remitirnos al rosario de gripes y síndromes de todo tipo que se ofertaban por la OM&S al ritmo de una por año, como si de un producto Appel se tratara. También tenemos casos como el llamado Climategate, en la que un grupo de hackers desvelo en 2009, como algunos señores de la Climatic Research Unit (CRU, la Unidad de Investigación Climática) de la universidad de East Anglia en Inglaterra habían falsificado los registros climáticos y destruido los datos originales ,para aumentar el alarmismo y beneficiarse de las subvenciones. Al final, todo queda en nada, desprestigio de las instituciones y poca alegría del contribuyente por sufragar los gastos inútiles de tanto capullo. Además, se juzgara a un colectivo inmenso ,por los actos de unos cuantos imbéciles.

En fin, el fútbol triunfa, las grandes autovías, que en general ,no sirven para nada, triunfan, las avenidas llenas de bolados, triunfan y las tontas triunfan y triscan por la tierra. La ciencia no triunfa.

La asignatura pendiente de la ciencia ,es saber darse a conocer, a quienes la financian. El resto de caminos, no acaban en un gran resultado.

Ahora que hemos tirado de las orejas al mundo científico, al que con cierta frecuencia le falta algo de humildad, les voy a relatar una historia a los detractores de la ciencia y el progreso:

El imperio romano tenía una ciencia avanzada para su época. Carreteras, obras hidráulicas, saneamiento, grandes obras civiles, política y leyes etc. No es que fuera una sociedad utópica, pero se podía vivir razonablemente, bien. Ese mundo era muy parecido al nuestro, tanto que nuestras leyes y la mitad de nuestras tontadas derivan de ahí. Cuando el imperio sucumbió, Europa se sumió en 500 años de oscuridad. ¿Por qué? Si ya todo estaba construido. Los acueductos estaban, las carreteras estaban, las leyes estaban, las alcantarillas estaban, las ciudades estaban. Por qué las carreteras desaparecieron, las calles empedradas se convirtieron en lodazales de orín. Porque la ley fue la del más fuerte, porque se desmontaron las obras hidráulicas para con sus piedras construir miserables casas. Porque Toledo, que en época romana contaba con un embalse, un acueducto y un moderno sistema de saneamiento, paso a tener, unos señores llamados aguadores, que bajaban a recoger con burros y cántaros las pútridas aguas del Tajo hasta una época en la que estaba bien inventada la fotografía. ¿Por qué?. Solo había que dedicar un barato y simple mantenimiento a esas obras, que no tenían una gran complejidad técnica, para lo que estamos acostumbrados ahora. ¿Por que?.  Porque a nadie le importó.

Cuidado, señores detractores, si no fuimos capaces de mantener un muro de piedras para embalsar agua, no seríamos capaces de mantener nuestro frágil mundo hiper tecnológico actual, ni un año, sin una mínima inversión en ciencia y progreso.

Cuidado señores, que no es por ser alarmista, que lo detesto, pero nuestra civilización, ciertamente cuelga de un hilo. Habrá que ir pensando, en tender más hilos....

¿Como era?.. A ...sí ¡Zas, en toda la boca!

Aguador en Toledo. Desconozco el credito de la fotografia.